miércoles, 27 de noviembre de 2013

Venezuela, ¿Guerra económica?

            La economía Venezolana se sustenta a partir de su venta petrolera. Esta industria representa la mayor parte del aparato exportador del país.  Si bien la venta de crudo provee una cantidad exorbitante de divisas, estas han mermado durante los últimos años tras la desaparición del aparato productivo; convirtiéndose el modelo venezolano, en una economía dependiente de importaciones.

            El caso de las importaciones es realmente serio, ya que el país importa rubros de consumo, por lo que la inversión hecha en estos productos representa un vacío permanente en la percepción de capital, puesto que la inversión no se recupera. Las divisas obtenidas en la venta petrolera se gastan en alimentos, higiene personal, entre otros.

            Para la economía de un país, un egreso de tal envergadura representaría una caída del valor de su moneda, como ha ocurrido constantemente en los últimos años. Otra medida que coarta toda posibilidad es el control cambiario.  En la actualidad entró en vigencia el SICAD, un sistema de subastas de divisas controlado por el gobierno. El SICAD subasta dólares únicamente al mayor postor, como ocurre en todas las subastas. El dólar no se vende a 6.30bs, que es su valor oficial, sino al precio que proponga el comprador. En la historia de este sistema los dólares se han vendido a 13 y 14 bs, esto representa un 200% de incremento del precio con respecto al valor original. Quien importe productos con estos dólares adquiridos a 14, necesariamente venderá sus productos con más de un 200% de sobreprecio, porque ese fue su costo de importación.

¿Qué sucede con quienes no fueron los mayores postores?

            Dichos importadores que manejan empresas privadas deben esperar otra subasta los próximos 2 meses, espera insostenible para su distribución de mercancía. En este caso entra el innombrable mercado paralelo, o dólar negro, el cual tiene un sobreprecio de más de 1000%, pero es el mercado cuya oferta supera a la de los entes oficiales, por lo que la demanda hacia este es mayor.  Los comerciantes optan por esta opción y venden los productos con el llamado “sobreprecio”, ya que su costo de importación fue de 1000% con respecto al dólar oficial.  



Por eso medidas como bajar precios a costo oficial es inviable, porque ni el SICAD vende los dólares a 6.30bs. Esta medida acabará con el aparato importador privado, y esto llevará a una extensa escasez que será insostenible para el gobierno ya que su único ente exportador no se dará basto para importar tal cantidad de productos.

¿Hay solución? Por supuesto.

El gobierno debe estimular el aparato productivo tanto público como privado, revirtiendo el efecto importador y logrando que el país se auto sustente. Cuando los métodos de producción arrojen excedentes estos se convertirán en volúmenes de exportación. Esto incrementará la cantidad de divisas que entren al país lo que disminuirá la inflación instantáneamente y reforzará el bolívar.

Otra medida importante y necesaria, es liberar el control cambiario. La accesibilidad a los dólares que te permitirá tener un país exportador, logrará que el costo y la oferta de dólares oficiales hagan mermar al mercado negro, igualándolo y hasta haciéndolo desaparecer por completo. Es un tema de oferta y demanda. La única forma de bajar los precios es creando competencia, que permitan igualar al rival o su eminente quiebra. Esto debe hacer el estado para competir con un mercado paralelo que nació por culpa de las nefastas medidas económicas tomadas por el gabinete del gobierno nacional.

Arq. Manuel A. Carruido – 27 Noviembre 2013
TWITTER: https://www.twitter.com/ManuCarruido

martes, 8 de octubre de 2013

VALENCIA. Pasos cortos hacia el desarrollo



Valencia, ubicada en la región central de Venezuela, ha tenido un crecimiento acelerado durante los últimos años.  Se ha convertido en la ciudad con mayor aumento de población del país, convirtiéndose así en la tercera más poblada de Venezuela, estando por debajo de Caracas y Maracaibo. Pero, ¿acaso este crecimiento ha representado un impacto positivo en la capital carabobeña?
En la actualidad, Valencia está dividida en 3 grandes sectores: norte, centro y sur. Siendo este último el sector menos privilegiado. Veamos por qué:


 El diagnóstico

Valencia desde la época colonial se desarrolló desde su centro histórico mediante el ordenamiento que regía en la época, conocido como “Las Leyes de Indias”. Con la industrialización, se iniciaron nuevos desarrollos habitacionales hacia el norte y sur de Valencia. Urbanizaciones como Santa Rosa, Fundación Mendoza, la Isabelica, entre otras, impulsadas por la empresa privada para darle cabida a la población obrera que constituiría la masa laboral de la pujante ciudad industrial.
Esta condición, atrajo una gran masa de personas que ocupó ilegalmente tierras conexas a las urbanizaciones ya constituidas. Estos desarrollos ilegales se asentaron en su gran mayoría en el sur de la ciudad. Desarrollos carentes de planificación y con construcciones precarias que durante los años se constituyeron como “barrios” y que comenzaron a formar parte de la ciudad que hoy en día conocemos.
Aumentó la densidad poblacional al asentarse estas poblaciones lo que generó en la actualidad un colapso de servicios. Durante su asentamiento no previeron los servicios, (los cuales llamaremos equipamientos), que deben constituir a una comunidad: comercio, médico-asistencial, educación, recreación. En la actualidad, la necesidad de los mismos llevó al colapso de los servicios de las urbanizaciones adyacentes, y hasta más allá, las cuales si contaron con la debida planificación.
¿Por qué son tan importantes estos equipamientos? Simple. No solo proveen el servicio a los habitantes de los sectores, sino que también generan empleo, aumento la actividad económica, deportiva y cultural, y por consiguiente de la calidad de vida y acompañada de esta la disminución de la delincuencia, problemas que atañen a nuestras poblaciones menos   favorecidas.
Actualmente sabemos que el norte de Valencia es el sector con mayor planificación. El eje de la avenida Bolívar (norte y sur), así como en las adyacencias de las mismas, contiene  una gran cantidad de oportunidades laborales que no han sido desaprovechadas en lo absoluto por los pobladores de los sectores menos favorecidos. A este comportamiento le llamaremos “migración express”, refiriéndonos en este caso al traslado de las personas de un sector a otro en búsqueda de empleo u otros servicios de los que carecen en sus comunidades.
.           Tenemos entonces un comportamiento migratorio de sur a norte, impulsado por la actividad comercial y educativa condensada en el en el norte. ¿Qué significa esto? Que la gran masa poblacional concentrada en el sur se traslada desde su sector al norte durante tres importantes etapas del día: mañana, medio día y noche, en una ciudad con un sistema vial obsoleto, un sistema de transporte precario y una línea de metro inconclusa, es evidente que el problema de valencia radica en la movilidad.
            ¿Cómo abordar este problema? El sector sur debe ser abordado de inmediato. Se deben reconocer los problemas de equipamiento urbano en este sector, abordarlo y darle cabida como el principal problema de la ciudad.


La solución

            Es necesario equipar los barrios de la zona sur de Valencia cuya planificación fue inexistente. Dotarlas de servicios como comercios: los cuales provean la cantidad necesaria de insumos para la densidad poblacional de dichas zonas, educación desde básica hasta la superior, de manera que la masa estudiantil migratoria pueda controlarse teniendo opciones cercanas a sus hogares. Medio asistencial: Hospitales, módulos de salud que provean la atención necesaria a dicha población. Áreas de recreación (culturales y deportivas) para el rescate de los valores y la interacción ciudadana.  Logrando dotar este sector con los equipamientos antes mencionados se generaran empleos en cada uno de los servicios, lo que representará un aumento de la actividad económica de la región. Además de esta manera se mantendrá una población relativamente “estática”  haciendo los niveles de movilidad más cortos y aumentando así la productividad de cada individuo.




            Una vez lograda la estabilización de este sector, el factor migratorio disminuirá y por consiguiente el problema de movilidad se resolverá. Dando la oportunidad de desarrollar las zonas centro y norte a nivel vial y de trasporte público, desarrollando nuevos planes para áreas recreativas de las cuales carecen estos desarrollos. Una vez logrado esto se habrá conseguido un orden en los tres sectores y por consiguiente una interacción más amable entre las mismas dando oportunidad a que nuevas actividades económicas se desarrollen como el turismo, la tecnología y el reciclaje, obteniendo así un crecimiento significativo del P.I.B. de la ciudad.
            Increíblemente, la movilidad resulta el primer problema de la ciudad de Valencia, siendo la misma provocada por otra serie de problemas que resultan de la necesidad de una población que cada día crece más y que depende de un factor migratorio para así poder sobrevivir al vibrante ritmo de la ciudad que habitan.  


Arq. Manuel A. Carruido
Valencia 7 de octubre del 2013
Twitter: www.twitter.com/ManuCarruido